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La vida después del COVID-19

  • Foto del escritor: Daniel Ochoa
    Daniel Ochoa
  • 2 abr 2020
  • 3 Min. de lectura

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¿Qué sucederá con la economía mexicana –y mundial– una vez que la pandemia pase? La duda es ¿estamos preparados para la vida después de?, ¿estamos listos para la tormenta que se avecina?


Mientras el COVID-19 roba toda nuestra atención, el mundo globalizado en el que vivimos, sigue girando y distintos factores se están gestando frente a nuestros ojos y generan un panorama aún más complicado.


Arabia Saudita entró en una batalla campal con Rusia y el precio de los barriles de petróleo ha bajado, esto ha afectado a la mezcla mexicana que se desplomó a niveles críticos. México cuenta con un SEGURO en caso de que los precios caigan, pero eso no implica que la cobertura sea infinita y que el Estado Mexicano no verá afectado una de sus principales fuentes de ingresos, pero en algo ayudará; es decir, a pesar de la existencia del SEGURO, México tendrá que encontrar otra forma de obtener ingresos, mientras el mercado se estabiliza.


Por otra parte, las finanzas mexicanas estaban lejos de ser las mejores antes de que apareciera el Coronavirus; el PIB tuvo una pequeña baja el año pasado y el presupuesto para este año es uno de los más austeros en mucho tiempo; de hecho podríamos decir que el funcionamiento de los programas del gobierno pendía de un hilo y ese hilo cada vez es más delgado. Con los factores externos e internos al Gobierno Mexicano no le están saliendo las cuentas, por ello, tuvo que echar mano del fondo para emergencias –el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios o FEIP–. Ese fondo está diseñado para los grandes problemas, grandes eventualidades como las que enfrentamos en estos momentos, y dicho fondo se redujo casi a la mitad a principios del 2020, y todavía no estallaba la bomba: probablemente se tenga que hacer uso otra vez de el.


México, no es una economía autosuficiente. El país depende del turismo, de la manufactura que exportamos; en gran medida, dependemos de nuestros vecinos del norte, nuestro principal socio comercial, Estados Unidos. EU se ha convertido en el epicentro del Covid-19 –si bien con una tasa de mortalidad bastante baja–, es una realidad que esto condicionará el ritmo de crecimiento de su economía por los próximos años.


Sin turismo estadounidense, sin consumo y con una economía mundial que empieza a caminar de forma lenta, México va a sufrir. Recordemos una frase conocida por todos:  si a Estados Unidos le da gripa a nosotros nos da pulmonía. A diferencia de otros momentos, a los norteamericanos parece que les está dando pulmonía. Por eso las expectativas de crecimiento para México, hablan de una caída del PIB que podría llegar a niveles de 1994-1995, tiempos del famoso error de diciembre. Estamos hablando de un escenario similar al de una de nuestras peores crisis en la historia moderna nacional.



Un tema al que no se la ha puesto mucha atención pero no por ello menos importante es la consulta del gobierno para detener una planta cervecera en Baja California. Constellation Brands, llevaba años construyendo una planta en la región de Mexicali. Es cierto, la planta contaba con diversos problemas, pero en lugar en de revisar dichas irregularidades, el gobierno creó una consulta pública en plena pandemia y echó para atrás dicho proyecto, que llevaba un avance del casi el 80% de construcción.


Al igual que con el NAIM, México envió una pésima señal al mundo, lo hizo en un momento complicado para todos. Les dijo a los inversionistas extranjeros, que sus negocios podían ser borrados y eliminados en cualquier momento. Ahora Constellation tendrá que buscar otro lugar para construir; se llevará sus empleos y una muy buena cantidad de dinero a otro lado, los inversionistas nos empezarán a ver como un país en donde no se debe invertir.


Todo parece indicar que la economía global se acerca a una recesión, y en México no se ha anunciado ningún programa, ni alguna acción de apoyo para para estos momentos difíciles; Dinamarca ha autorizado una partida que el gobierno destinará para pagar el 75% del sueldo de los empleados de compañías privadas que estén en riesgo de ser despedidos, siempre y cuando no los despidan. En Estados Unidos se está analizando un proyecto de ley en donde se buscará inyectar 2,500 billones de dólares para lidiar con la crisis que se viene –cabe aclarar que diez millones de personas han perdido sus empleos en el país vecino del norte–. En México nada, aún.


Así lucen las cosas en estos tiempos de turbulencia; en estos tiempos del COVID-19 es momento de tomar decisiones como país –y como individuos–, ajustar lo que se deba; como asesores, proponemos tiempos de reflexión, usar instrumentos en donde podamos garantizar el capital, no especular, esperar a tener una perspectiva más real y concreta de lo que será la vida después de la pandemia.



 
 
 

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